
Cómo evitar la contaminación de ríos y mares al hacer senderismo
El senderismo es una de las mejores maneras de conectar con la naturaleza, disfrutar del aire libre y conocer entornos naturales de gran belleza. Sin embargo, esta actividad también conlleva una gran responsabilidad: proteger el medio ambiente y evitar la contaminación de los ecosistemas que visitamos. Los ríos, lagos y mares están particularmente expuestos a la acción humana, y sin un comportamiento responsable, pueden verse gravemente afectados.
Y tú dirás: Si hago rutas por de senderismo, ¿eso puede contaminar las aguas? Pues sí. Por un lado, podemos contaminarlas de manera directa (más abajo te explico). También de manera indirecta, porque generamos algún tipo de residuos que es muy fácil que acaben en ríos, arroyos, o en el mar…
En este artículo, exploraremos diferentes maneras de minimizar el impacto ambiental y evitar la contaminación de cuerpos de agua cuando salimos a hacer senderismo.
1. Planificación responsable antes de la ruta
Antes de emprender una caminata, es importante preparar adecuadamente el equipo y la comida para reducir la generación de residuos. Algunos consejos clave incluyen:
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Optar por cantimploras reutilizables en lugar de botellas de plástico desechables.
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Llevar envases de comida reutilizables y evitar envolturas plásticas innecesarias.
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Escoger productos biodegradables, como jabones y bloqueadores solares ecológicos.
La planificación es clave para reducir el impacto ambiental desde antes de salir de casa. Cuanto menos residuos generemos desde el inicio, más fácil será mantener la limpieza de los entornos naturales.
2. No dejar residuos en la naturaleza
Uno de los principios fundamentales del senderismo responsable es la regla «No Dejes Rastro». Todo lo que llevamos con nosotros debe regresar con nosotros. Para ello:
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Lleva una bolsa para recoger tu basura y, si es posible, la que encuentres en el camino.
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Si encuentras basureros en la ruta, úsalos como último recurso. Lo ideal es llevar la basura de vuelta a tu lugar de origen. El camión de la basura pasa cada poco cerca de tu casa, pero muy de tarde en tarde por algunos pueblos por los que pasamos.
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Evita arrojar colillas de cigarro, ya que contienen sustancias tóxicas que contaminan el agua y tardan años en degradarse.
Es importante recordar que incluso los residuos biodegradables, como cáscaras de fruta o restos de comida, pueden alterar el ecosistema y atraer animales a zonas donde no deberían estar. Esto te lo contamos en otro artículo de blog anterior, MONDAS GO HOME
3. Evitar el uso de productos contaminantes
Muchos de los productos que utilizamos en el día a día contienen químicos que pueden ser dañinos para los ecosistemas acuáticos. Algunas recomendaciones para minimizar su impacto incluyen:
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Usar jabones y champú biodegradables. Aunque sean ecológicos, es recomendable utilizarlos lejos de fuentes de agua para evitar su acumulación en los ríos.
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Optar por protectores solares ecológicos. Algunos filtros solares contienen ingredientes químicos que pueden ser tóxicos para la vida marina, por lo que se recomienda el uso de protectores minerales sin sustancias dañinas.
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No verter sustancias extrañas en el agua. Esto incluye restos de alimentos, aceites, detergentes o cualquier otra sustancia que pueda alterar la calidad del agua.
- No bañarse en aguas paradas (lagos, charcas, embalses pequeños). Se trata de ecosistemas cerrados y en los que nuestras cremas solares u otras sustancias adheridas a la piel pueden contaminar las aguas. Incluso nuestras botas pueden portar bacterias, virus u otros elementos el ecosistema lacustre. Ten en cuenta que por lo general, estos ecosistemas son muy frágiles, y lo que para tí es algo insignificante puede suponer una pandemia para salamandras, ranas y sapos, por ejemplo.
4. Respetar la flora y fauna
Los ríos y mares son hábitats vitales para muchas especies de flora y fauna. Respetarlos es esencial para su conservación:
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No alimentar a los animales, ya que podría alterar su comportamiento natural y su dieta.
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No recoger piedras, conchas u otros elementos del entorno, ya que pueden formar parte de pequeños ecosistemas locales.
Respetar la biodiversidad es una forma de garantizar que las futuras generaciones también puedan disfrutar de estos paisajes.
5. Utilizar caminos y senderos designados
Caminar por rutas establecidas ayuda a minimizar la erosión y la destrucción de vegetación. Si nos desviamos del camino, podemos dañar zonas sensibles y contribuir a la degradación del ecosistema. Además, caminar cerca de ríos o arroyos puede causar la erosión de sus orillas y aumentar la sedimentación, lo que afecta la calidad del agua.
Si hay señalizaciones o normas específicas en la ruta, es fundamental respetarlas para evitar daños ambientales.
6. Disponer adecuadamente de los desechos humanos
Si se realiza una ruta de senderismo de larga duración en un entorno sin baños disponibles, es importante seguir buenas prácticas para la disposición de desechos humanos. Te recuerdo que hace tiempo hicimos un artículo específico sobre el tema, COMO CAGAR EN EL MONTE
Conclusión
En el problema de la contaminación de los ecosistemas, yo diría que nuestra responsabilidad es pequeña, pero nuestra conciencia debe ser grande. Es verdad que a nivel individual, nuestra capacidad es poca, y que la mayor responsabilidad de contaminación de los ecosistemas y las aguas no vienen de nuestras acciones individuales. Pero ser conscientes de la problemática, tratar de ser coherentes con el respeto a la naturaleza y en su momento, exigir a quien contamina más que se ponga las pilas, nos obliga a dar ejemplo.
En Asturian Ways somos conscientes de ello, y por eso animamos a poner nuestro granito de arena. Dando ejemplo de un turismo y senderismo responsable, para después exigir a quien le toca, que se ponga también las pilas. ¿No crees?